martes, 20 de octubre de 2009

Entre el barroco y las zozobras


Aquella tarde entré a la biblioteca con deseos de que estuvieras a mi lado, mire entonces los murales de Vlady y me perdí entre sus Monólogos, zozobras, provocaciones y obsesiones. A ojos bien abiertos te hallé ahí, entre revoluciones, anticristos y quintos soles. Te encontrabas fresco con un ligero toque expresionista que me incitaba a arrancarte la piel, pero contuve mis deseos de aniquilarte. Entonces proseguí la marcha y me dirigí a la capilla donde la música barroca me lleno de ti, me recordó entonces el despertar a tu lado y esas ganas terribles de poseerme. Visualicé tu mirada terca; rozada apenas por los primeros rayos del sol obligándome a ti: a los colores en ti , que si bien deseaba era una realidad lo mucho que me atemorizaban.

Y es que tus ojos como de fuego antes de si quiera tocarme ya me poseían, me penetraban entre trazos y bocetos de un cielo que jamás conocería. Arrebatos entre el no y el sí disimulaban mi miedo. Confieso ahora que ante tu figura rígida y altiva resultaba yo casi una virgen y digo casi porque con el paso de los días aprendí a disfrutar del erotismo entre tus sueños y los míos, aprendí a beber de lo desconocido para dejarme llevar por esa nueva sensación donde perdía la calidad de ser para hacerme de puro cuerpo, de nuestro cuerpo que se fusionaba en historias de un te amo impreciso, de ilusiones de un sueño de verano; que aunque prolongado por nuestra imaginación tratamos de; no pudo fermentar.

Quedó ahí; en mañanas calurosas y noches de música que acompañaban mis múltiples orgasmos y debo decir que recorrían de los dedos de mis pies a la última nota musical de mi melena. Yo producto del jazz, de tu sinsentido al tomarme me electrificaba a tus deseos.

Entonces cerré los ojos y me dejé llevar por la pieza anónima en la que el oboe y el clavecín fungían de guía para mi olvido. La noche cayó y con ésta las luces de la biblioteca se apagaron.

Al día siguiente los murales se habían disuelto; por las paredes de mi vida no existía más rastro de ti.

viernes, 2 de octubre de 2009

Octubre de ti

Octubre hace un año miré tus ojos y perdí el horizonte. De rojo se tiñeron mis pensamientos que viajando en el tiempo me llevaron aquí... A despertar con deseo de tu sueños expuestos a mi locura ; entonces a mí utopía le fui anexando labios , piel y voz.


martes, 22 de septiembre de 2009

El mundo está jodido

Tomaba mi mano y me miraba diciendo –El mundo está jodido, y yo lo único que pensaba era - Sí, nuestro cerebro está jodido. Y jodidos nuestros labios que insisten en permanecer cercanos sin esperanza alguna. Jodidos como mis ojos que no son tuyos o suyos, que muy a contra de los cánones marcados son de fragmentos; de suspiros de tierras del sur, tanto como de climas templados o de noches humeantes.

Tomaba mi cara y la recorría con sus delicadas manos diciendo –el mundo está jodido y enloquezco. – Sí , así como enloquezco yo tratando de hallar mi origen. Buscando en el roce de tu cuerpo una pista para el retroceso. Menos una caricia, menos un beso, menos un abrazo, menos un adiós.

Tomaba mi hombro para dibujarlo con sus uñas a todo esto, diciendo – eres maquiavélica y cínica. Sí pensaba yo. –Soy maquiavélica y cínica tanto como la Venus de las pieles. Hermosa y perversa, sólo que yo me fragmento. Estoy compuesta de pasatiempos, soy pasajera de mi propia existencia como de la suya o la tuya.

Tomaba mi boca y la colocaba frente a la suya, entonces no decía nada. Sólo me miraba fijamente intentando detenerse. Pero no era su culpa, tampoco la mía…

lunes, 21 de septiembre de 2009

Sin sentido al atardecer

Quise beber de su cabello de medusa

Pero no pude y lentamente se perdió

Entre las sombras de la tarde.


Entonces marginé mis sueños

Y me aferré al eco de la gran ciudad.


Giré y me percaté del universo

Respiré profundo, y caminé unos pasos

Hasta que me detuvo el hambre y la sed.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Del tricolor de tu sonrisa

Hoy te miré pasiva; como se mira la luna debajo del tricolor de tu sonrisa. Y acartonada quise besarte, pero no pude...

lunes, 14 de septiembre de 2009

Hoy...

Hoy abandoné la escuela , mi casa y a mí misma. Hoy soy simplemente un vagabundo...

jueves, 10 de septiembre de 2009

Cómo se detiene la vida

¿Cómo se detiene la vida? Parece un discurso suicida, pero no lo es. ¿Pura realidad? , ¿pura evanescencia a mi alrededor?, así como la aparente magia de las tardes lluviosas, cómo ayer sin gota de raciocinio , perdida entre el alcohol y la locura, queriendo vaciarme al olvido, aferrada a los vicios; instalada en la banqueta de una calle oscura y solitaria con el acompañante equivocado conversando de banalidades, mientras soñaba mis sueños que se desmoronaban con la lluvia , como me desmoronaba yo.

Y así que con el dolor llegó el amanecer , el miedo y los escalofrios; despertando a lado de ese acompañante erróneo en una casa ajena que me hablaba de todo excepto de la felicidad. El cuerpo cortado y hormigueante que me señalaba mis yerros nocturnos, las náuseas, y la asfixia de caminar entre la multitud de aquellos sin nombre que no se detenían para ayudarme.

Yo con mi cara pálida y mi figura incompleta tratando de cruzar las calles de ningún lugar , porque así me sentía; distante de todo incluso de mí misma, aturdida por mi propia sombra. Entonces a duras penas distinguía mi casa, a duras penas manipulaba mis pasos para no caer, porque estaba frágil y agrietada , porque todos lo notaban y nadie hacía nada.

Porque incesablemente hacía sonar el teléfono para que vinieras a rescatarme. Irónicamente; a rescatarme de ti.


martes, 8 de septiembre de 2009

TeMo

Cómo es que se forjan las mentiras con tanta sinceridad en la mirada.

Miro el cielo con sabor a mar bajo el marco de aparentes colores del te... Ese cielo que ya no pudo ser pues quisieron extinguirlo antes de mí. Queda el tEMo el TemO que nunca le dio lugar a la A tan sólo la sobrepuso.

Carta abierta 2


Querido Tú:

Ya no se contar, pues desde tu partida olvidé de razonamientos. Lo último que recuerdo de éstos me llevan al abrazo previo de tu huída forzada, deseada. Recuerdo que aquel día razoné nuestra infancia y nuestra adolescencia y me percaté de una cosa; mi dolor seguía ahí anclado a mi pecho y tu sonrisa en cambio cada día resultaba más pura. Y yo estaba tan orgullosa de verte partir hacia nuestra “tierra prometida” donde no se acaba el sol. Donde el nombre de la hija que nunca tendré, donde nuestra cabaña frente al mar, nuestro barco de vapor y nuestras mil aventuras por el atardecer. Y cuando el abrazo terminó supe que quizá no regresarías, pero tu magia me lo dijo, alzaste tus canicas de ámbar y me lo hicieron saber. Mi rugido junto a ti vibraría por siempre roahhh.