Paisaje perverso el de tus brazos en el que nos hacemos sombra, mientras me observa la ciudad moribunda con sus ojos de cordero. Maldita enfermedad la tuya, la de pintarme así; en claroscuro.
Pero peor es mi manía, esta de entregarme a tus tinieblas… así sin parpadear.
1 comentario:
Un placer leerte,un claro oscuro con un tanto de tristeza y melancolía,un abrazo.J.R.
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