Apuesto dos a uno a que esta vez el telefoto no me falla, a que tu imagen de luz invertida se queda inmóvil pero a mi lado, a que te absorbo mientras el diafragma juega entre el límite de nuestro amor o ¿debi decir campo minado?, exposición en blanco y negro mientras nuestros sueños se van atados al talón de los voladores de Papantla; en sus piruetas mis risas.
Entonces me quedo como aquel convento de Cuautinchan, inhabitable; con sus muros a medio fraguar y sus colores despoblados. Cúpulas derruidas, escalones hechos lodo, caminos a cielo abierto en los que el viento no amaina, de pronto me derriba el recuerdo.
Disparas, el flash es invencible ante tus ojos, teoría de cuerdas, mundo posibilitado en cuatro dimensiones en el que ya no me aguardas.
N
U
B
E n ámbar y arcilla esculpiré esta tarde, para dejar intactos los vestigio
S de nuestro amor.
Entonces me quedo como aquel convento de Cuautinchan, inhabitable; con sus muros a medio fraguar y sus colores despoblados. Cúpulas derruidas, escalones hechos lodo, caminos a cielo abierto en los que el viento no amaina, de pronto me derriba el recuerdo.
Disparas, el flash es invencible ante tus ojos, teoría de cuerdas, mundo posibilitado en cuatro dimensiones en el que ya no me aguardas.
N
U
B
E n ámbar y arcilla esculpiré esta tarde, para dejar intactos los vestigio
S de nuestro amor.