martes, 23 de febrero de 2010

Cuenta corriente de un día en la vida de Itzel

Ingreso mensual $2800. Semana 1. Día 2. Hoy María y yo descubrimos que todo tiene que ver con la economía. Incluso el amor. A mayor ingreso no mayor felicidad pero si mayor viabilidad para alcanzarla. Horas de trabajo a la semana -12, horas de sueño- 56, horas en agonía-las restantes.

Desperté temprano, desayuné como todos los días un sándwich de pechuga de pavo, mostaza, lechuga, queso, jitomate, aguacate. Chile casi olvido el chile. Tomé el metrobús, escuché la cápsula para niños que hablaba de los estornudos-no estornudé. Al bajar me detuve ante los puestos de periódico e hice un close up a la portada del descuartizado. La cabeza de un hombre dentro de una maleta. Encantadora forma de comenzar la mañana.

El billete de 500 comenzó a repartirse entre mis necesidades. Primera necesidad transporte-metro 30 pesos. Llegué a la escuela, saludé a Saúl de la misma forma que lo saludo desde hace ya tres años y medio. Subí cuatro pisos, llegué al salón y como todos los días sólo estaba Chucho. Me dijo que vive en Ciudad Azteca, mi memoria me llevo a esa fiesta con Gabriel en aquella ciudad gris.

Primera actividad real del día. Seminario de periodismo económico. No llevé la tarea, María la llevó por mí. Alejandra llevo paletas Payaso para todos, la comí durante la clase, negociamos el examen del jueves, quedó igual.

Salimos, comimos. Luego algunos pesos menos en nuestro bolsillo. Fuimos a Canal 22.Maria como siempre preguntaba sobre los perros lobo, yo sobre las ratas, o sobre cualquier cosa hermosa que a cualquier otro le parecería estúpida. Le dije que todo tenía que ver con el dinero, le dije que todo era culpa de la postmodernidad, le dije que, me dijo que, nos dijimos que ya no pensaríamos tanto, sólo actuaríamos. Dedujimos que nos es imposible; requerimos deschavetarnos, requerimos considerar mil veces si donde pisamos es real o no. Concluimos que. Sí; México es surreal.

Zum, zum, zum. Metro. Caminamos, llegamos al Palacio de Minería, no entramos a la Feria del libro. No quisimos dejar las cosas en el guarda ropa. En su lugar entramos a la Feria del libro de ocasión. Libros antiguos, libros curiosos, libros. Recordé a Paz La llama doble, pensé en comprarlo, no lo encontré. 

Remedios Varo, Dalí, Picasso, Diego Rivera, Hitler, Toledo, Bernal Díaz del Castillo, de nueva cuenta Jaime Sabines, The Beatles, El hijo pródigo, grabados, Del barroco al danzón, Horacio Franco. Fotografía, historia, documentos viejos. Dolor de vientre, dolor de cabeza, dolor de piernas, dolor, dolor, dolor. Chocolate y pan.

Regresamos a la escuela, buscamos a Mandujano, hablamos de periodismo, de titulaciones, de La Jornada, de Ovaciones, de economía, de la maestra de economía, de reportajes, de maestrías. 

Caminamos al barrio chino, nos movieron la ciudad, dimos vueltas en círculos, perdimos la calle. Finalmente llegamos al barrio chino. Presupuesto máximo para los alimentos del día $50 pesos, recorrimos los restaurantes, la mayoría sobrepasaba nuestro presupuesto. Hallamos el indicado parecía un comedor del gobierno. Un guisado, un rollo primavera, arroz $40 pesos. Excelente adquisición. Mesas, sillas todo sucio, hambre, dolor de cabeza, necesidad de ingerir alimento. Plato vacio.

Reposamos 5 minutos. Caminamos. Vimos una tienda de películas. La horas, El tren de la vida, Los poseídos, El diario de Bridget Jones, Tin- tan. Gasto $50 pesos, adquisiciones una.

Ahora estábamos seguras. A María y a mí nos habían colocado en una especie de tablero de juego de mesa, ubicación el Centro Histórico de la Ciudad de México, de nueva cuenta habían movido el cubo, así lo definió María caminábamos como en el cubo, nos giraban constantemente. Llegamos al Cultural España, vimos la exposición, hablamos de arte popular, de las fotos del artista de la sala 5, hablamos de los desnudos en el arte, de la sala 2 y de Lewis Carroll, criticamos el proyecto dijimos que como propuesta artesanal era interesante, como arte era poco original.

Hace mucho que no me divertía tanto con la María. En resumen la tarde casi perfecta, respire, caminé me re-enamoré de la ciudad, de su caos, de sus sonidos, de su ruido, de sus aromas. Miré la bandera, pensé en quedarme para verla bajar, no lo hice, seguí caminando. Me bloquee, coloqué mis audífonos, busqué jazz, no hubo jazz, escuché noticias. Todo a mí alrededor se movía en cámara lenta, que hermosa imagen, las hojas se levantaban suavemente y bailaban, jugueteaban en la tarde ámbar, pensé en sus ojos, en el sol de África. 

Disfruté el metro, el multicolor de sus reflejos, disfruté la glorieta de Insurgentes y el cielo de vainilla asomándose entre el metrobús, vi a una bailarina exótica escogiendo su atuendo, le sonreí, me sonrió, vi a una mujer voluptuosa cortando el cabello, sólo reí. Me asomé por las calles de la Roma. Llegué a casa. Respiré.

Son 8:41 Pm, tuve un día maravilloso, recuperé mi gusto por la Ciudad, . Saldo $370; días restantes -5.


1 comentario:

MAVG dijo...

Tu inicio presionada por el capital, subsecuente rodeada de objetivación y comunicación, restableces tu interconexión entre lo inmate-material, sensación de un día más... ¿oh qué bien1 todo fuese perfecto si no fuese por el trinche capital...