jueves, 10 de septiembre de 2009

Cómo se detiene la vida

¿Cómo se detiene la vida? Parece un discurso suicida, pero no lo es. ¿Pura realidad? , ¿pura evanescencia a mi alrededor?, así como la aparente magia de las tardes lluviosas, cómo ayer sin gota de raciocinio , perdida entre el alcohol y la locura, queriendo vaciarme al olvido, aferrada a los vicios; instalada en la banqueta de una calle oscura y solitaria con el acompañante equivocado conversando de banalidades, mientras soñaba mis sueños que se desmoronaban con la lluvia , como me desmoronaba yo.

Y así que con el dolor llegó el amanecer , el miedo y los escalofrios; despertando a lado de ese acompañante erróneo en una casa ajena que me hablaba de todo excepto de la felicidad. El cuerpo cortado y hormigueante que me señalaba mis yerros nocturnos, las náuseas, y la asfixia de caminar entre la multitud de aquellos sin nombre que no se detenían para ayudarme.

Yo con mi cara pálida y mi figura incompleta tratando de cruzar las calles de ningún lugar , porque así me sentía; distante de todo incluso de mí misma, aturdida por mi propia sombra. Entonces a duras penas distinguía mi casa, a duras penas manipulaba mis pasos para no caer, porque estaba frágil y agrietada , porque todos lo notaban y nadie hacía nada.

Porque incesablemente hacía sonar el teléfono para que vinieras a rescatarme. Irónicamente; a rescatarme de ti.


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